“Un momento ignaciano” (Comunidad Beato Juan Pablo II”)
El otro día escuchaba hablar a un chico del interior de la facultad, que decía que acá los porteños estamos siempre a las corridas. Que corremos todo el día, y ni sabemos hacia dónde corremos. Y al final ese ritmo contagia a todos, como una enfermedad mortal del alma; todos nos sumergimos en un vertiginoso sinsentido.
En el medio de la vorágine, hay situaciones que me ayudan a encontrar algo de respiro, a encontrar eso que busco, a veces desesperado, como un loco, y a veces inconscientemente: alguna charla, alguna mirada, lo que sea, me revelan una realidad distinta de la de todos los días.
Cada miércoles de por medio, encuentro un poco de paz, un rato de oración, un momento para callarme y escuchar lo que tiene Dios para decirme, para discernir. En fin, un momento bien ignaciano que se cuela en la rutina de todos los días.
Patricio “pato” Marchionna
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